Reparar con los brazos abiertos, en gratuidad.

Como decía Santa Rafaela María, debemos responder con gratitud y alabanza a los regalos que Dios nos hace cada día. Es ese Dios bueno el que nos ha enviado a este proyecto que tanto nos ha aportado no por su corta duración, sino por su intensidad.

Desde el momento en que el proyecto de Pedro Abad llegó a nuestras manos, el equipo coordinador y de voluntarios de Servir Juntos 2020 de Córdoba recibimos con ilusión la oportunidad de colaborar en la acogida de chicos marroquíes, justo en el mismo pueblo de la fundadora de Esclavas del Sagrado Corazón. Ha servido este proyecto como compás de espera mientras llegaban nuevos contratos de trabajo en el campo de Huelva. Un proyecto reparador y de brazos abiertos.

Un grupo de seis voluntarios compuesto por una religiosa, un catequista, dos profesores y dos alumnos (todos de la comunidad educativa del Colegio de las Esclavas de Córdoba) comenzamos cada tarde nuestra experiencia, acercándonos a su realidad y ofreciéndoles talleres de habilidades sociales, conocimiento personal, mejora del español y cultura de nuestro país entre otras cosas. La herramienta principal de trabajo ha sido acercar corazones, creando espacios donde la expresión de sentimientos y la liberación de la “mochila” que portan ha sido objetivo fundamental en todo este proceso. La meta era intentar sanarlos  por dentro para fortalecer su dignidad y continuar la lucha “por los papeles”, que los reconozcan y los saquen de la ilegalidad y la clandestinidad.

De repente todo se paró. Fue una parada brusca. Recibimos la noticia de que se tenían que ir de Pedro Abad, a modo de huida, porque uno de ellos había sido agredido gravemente. Se temía por la integridad de todos ellos, tanto a nivel físico como psicológico. Al Igual que hizo Jesucristo, no respondieron con violencia, callaron y se dejaron acompañar por esa calle de la amargura. Hoy ya sanos y a salvo nos envían sonrisas desde la distancia.

Nuestro proyecto de Servir Juntos ahora está en el Hospital Reina Sofía, donde seguimos ofreciendo nuestro cariño, nuestro apoyo, nuestra acogida  al chico herido … porque creemos firmemente que otro mundo es posible, porque siempre hay lugar para la entrega  generosa al hermano excluido, incomprendido…

Experiencia inolvidable, que ha marcado nuestras vidas y nos compromete a continuar luchando por la inclusión de tantos hombres y mujeres que llegan buscando una vida más digna para ellos y los suyos.

Se nos quedan sentimientos encontrados: rabia, impotencia, dolor, agradecimiento… la despedida inesperada así lo atestiguó. Esta experiencia también nos ha regalado el sentir la unión de todos los voluntarios con tal de buscar una buena coordinación y con la sorpresa de encontrarnos con gente buena que ofrece, acoge y ayuda, que se hace cargo de los chavales, que siguen siendo acompañados, apoyados y alentados en sus sueños.

El proyecto no ha podido terminarse como esperábamos, pero ha dejado en este grupo de jóvenes marroquíes, el cariño, el abrazo, la cercanía y el interés de todos los voluntarios que hemos pasado por Pedro Abad. Les hemos hecho saber que nos ocupan y preocupan, que deseamos que su sueño con nosotros y entre nosotros se haga realidad.

Gracias a todos los que habéis hecho posible esta experiencia humanizadora que fortalece nuestra F, en el Dios de los pequeños y excluidos. Nos vemos en el camino.

Francisco Miguel Jiménez, Juan Manuel Márquez, Helena Cervera, Francisco Manuel Díez,
José Luis Hurtado, Guillermo Baena y Paqui Oñate (equipo servirjuntos2020)