La Reparación es nuestra respuesta de amor a Cristo, mediante la comunión con Él en su misterio redentor, que se actualiza en la Eucaristía. (Constituciones 2)
Nuestro carisma y misión es la Reparación al Corazón de Jesús. Es el regalo que nos ha concedido Dios, a través de la Iglesia, para ofrecerlo a otros. Vivimos la Reparación al Corazón de Jesús por nuestra participación en la celebración de la Eucaristía.
Saberse alcanzada por el Amor y sentir la necesidad ineludible de “retornarlo”
Abrir un espacio para el perdón, crear puentes, restaurar relaciones, trabajar por la justicia y por la paz.
Buscar las brechas más profundas de nuestro mundo e introducirnos en ellas, sentirnos atraídas por el dolor de las heridas y desear curarlas, hacernos sensibles al grito de la tierra devastada y comprometernos en su cuidado.
Mirar con esperanza lo destruido sintiéndonos instrumentos de la tarea de reconstrucción.
Estar al lado del que sufre, dejarnos afectar por su dolor y acompañarlo hasta padecer nosotras también con él.
Reunir lo disperso, hacer confluir aquello que se separaba, unir lo que se disgrega y conducir todo al Corazón