La Pascua de Entrevías ha sido una experiencia inolvidable en la que hemos acompañado a Jesús en el calvario que le llevó hasta la cruz y su posterior Resurrección, recibiendo todo el amor que nos dejó, entendiendo el sufrimiento y la soledad que vivió, así como celebrando la alegría propia del domingo de Resurrección.
Se trata de una Pascua excelente para vivir en comunidad. Por un lado, entre los participantes, de puertas para dentro; y por otro, con el barrio de Entrevías, de puertas para fuera, con el que hemos compartido numerosos momentos de celebración en la parroquia San Francisco de Paula, así como el Vía Crucis del Viernes Santo recorriendo las calles de Vallecas.
Como pareja, siempre buscamos hacer nuevas y retadoras cosas juntos. Para Irene era la segunda Pascua y para Javi era la primera actividad/experiencia Magis a la que asistía. No podíamos prever lo que la Pascua iba a provocar en ambos. Ha sido una vivencia muy personal e individual puesto que, cada uno ha vivido su Pascua, y nos hemos dejado espacio e independencia. Cada uno tenía su búsqueda y carencia propia. Sin embargo, al terminar la Pascua, y compartir en un momento de pareja entre nosotros, nos hemos dado cuenta de que vivir una experiencia de fe juntos nos ha unido, nos ha hecho conocernos más y afianzar nuestro amor, con la certeza definitiva de que, elegir a Jesús en nuestra vida para que nos acompañe en el camino, es siempre un acierto.
La organización por parte de las hermanas fue maravillosa. Atentas en todo momento, fueron capaces de crear momentos de oración, de fraternidad y de retiro de manera muy natural. A ellas estamos muy agradecidos. También al Padre Rui, que supo conectar perfectamente con los jóvenes con intervenciones muy inspiradoras.