En Córdoba hemos disfrutado de una estupenda Pascua urbana. En un ambiente familiar hemos disfrutado de unos días de encuentro especial con el Señor.
Mientras los más pequeños han podido conocer un poco más lo que estábamos conmemorando cada día a través de videos y manualidades, tanto jóvenes como adultos hemos profundizado, por separado, en el sentido de este momento tan especial para la Iglesia.
El misterio del amor de Cristo que se entrega y permanece fiel a su misión hasta el final ha sido la base para, no sólo contemplarle en su entrega, sino para cuestionarnos la nuestra.
En definitiva, han sido tres días en los que esperamos que la semilla de la esperanza haya echado raíces en nuestro corazón para que ahora, con el Señor Resucitado, comience a dar fruto.