Reviviendo la fe

Encuentro de Formación Permanente 2024

El 8 de julio nos encontramos en Mtnez. Campos todas las participantes…  ya sabréis cuál fue la primera “actividad”: saludos, risas, abrazos… Dejamos las maletas en una sala y fuimos a comer.

La invitación que habíamos recibido nos informaba que el encuentro empezaría dando una vuelta por la casa, recorriendo los lugares significativos que pisaron nuestras fundadoras y la primera comunidad de Esclavas.

La visita estaba preparada utilizando métodos “tecnológicos”, para los que nos tuvimos que preparar con la ayuda de algunas expertas, que consiguieron -en no demasiado tiempo (!!) a pesar de la media de edad del grupo- hacernos capaces de utilizar el móvil para poder seguir el itinerario. Y, así, durante el recorrido, pudimos escuchar, en cada parte de la casa, la explicación que nos hacía la misma Santa. Fue una idea muy bonita preparar así este recorrido.

A las 5 celebramos la Eucaristía en la iglesia y en seguida un autobús nos llevó a Becerril de la Sierra, a la casa de espiritualidad que tienen allí las Agustinas Misioneras, una casa sencilla en medio de un paisaje verde, precioso y muy extenso.

Todas las mañanas, teníamos la Eucaristía después del desayuno, en la bonita iglesia de la casa, junto con la comunidad de las HH. Agustinas.

La convocatoria que habíamos recibido nos decía que el objetivo de estos días, “además de la oportunidad de un encuentro entre todas, será: profundizar y compartir sobre la etapa de disminución de Santa Rafaela María”.

A las 10.30, escuchábamos la exposición del tema correspondiente a cada día. Los temas se centraron en la etapa de disminución de Santa Rafaela Mª. Las tres Hermanas que nos ayudaron en este encuentro, nos dieron enfoques diferentes que se enriquecían y se complementaban.

La H. Nurya Martínez-Gayol nos habló de “Su experiencia humana de disminución. Su crecimiento personal”; Encarna González se refirió a “Su relación con el Instituto, con su familia, con el mundo. Llamada a la comunión. Desafío para nosotras”; Paula Torres nos comentó “Su experiencia de Dios”. En varios momentos de estos tres días, agradecimos expresamente a nuestras Hermanas esta preciosa ayuda que nos brindaron, que no fueron exposiciones “magistrales”, sino orientada a que pudiésemos interiorizar sus contenidos y transformarlos en vida.

Recibimos cada día un material formidable, que nos hizo posible acercarnos más profundamente a la persona de Rafaela María. Pero no era solo escuchar el tema correspondiente al día, sino que nuestras tres ponentes nos habían preparado unas preguntas adicionales para que pudiésemos reflexionar y rezar lo que habíamos escuchado, en el tiempo que para eso teníamos: desde las 12.30 hasta las 2:00, hora de la comida.

A las 4.30 nos reuníamos en pequeños grupos, para compartir con sencillez lo que habíamos vivido durante la mañana. Estos ratos de grupo fueron un tiempo muy bonito en el que sentimos reforzarse nuestros lazos de fraternidad y crecer nuestro ser de Esclavas SCJ.

En esos comentarios que se hacen por los pasillos, habíamos dicho varias veces que, durante el encuentro, más que estar oyendo hablar de Santa Rafaela, la estábamos oyendo hablar a ella, porque todos los temas se apoyaban en textos escritos por la Santa en sus cartas o en los apuntes espirituales.

Después de una buena merienda, el horario rezaba “espacio lúdico”, que el primer día consistió en disfrutar de una buena película (La sirvienta); el segundo, tuvimos una mesa redonda para compartir experiencias personales sobre Santa Rafaela, mientras que el último día lo dedicamos a una recogida final de lo vivido en el encuentro.

Antes de la cena, teníamos Adoración; la había preparado la persona que había habado por la mañana, de forma que era un tiempo de recogida, ante el Señor, al final del día.

La evaluación del último día, puso de manifiesto lo que el grupo y cada una de nosotras, vivió en Becerril. Se manifestó la alegría de haber venido, incluso las que, antes de inscribirse, habían sentido una cierta pereza de ponerse en movimiento. Nos sentíamos agradecidas al Instituto -la provincia en este caso- que nos ofrece oportunidades tan buenas de formación. Nos había impresionado escuchar que la santidad de Rafaela María no fue repentina, sino que siguió un proceso, recorriendo paso a paso el camino que Dios le iba indicando. Nos hizo mella descubrir que la Santa vivió el Magis en el Minus, que en ella el “menos” fue camino del “más” y agradecíamos la vida que dio al Instituto al vivir su disminución. Dijimos que estos días nos han ayudado a conocer más y mejor a nuestra Fundadora y nos han motivado a seguir profundizando en su vida y en sus vivencias. Han sido días de verdadera Formación permanente, de esa actitud vital que nos motiva y nos impulsa a dar pasos adelante. MUCHÍSIMAS GRACIAS.

Merceces Talavera, aci