La Vida Religiosa, en nosotras, se concreta en la Misión que hemos recibido de la Iglesia a través de nuestras fundadoras, la Reparación al Corazón de Jesús. Cristo nos amó y se entregó por nosotros. La Reparación es nuestra respuesta de amor a Cristo.
(Constituciones, 2)
Reparación
REPARACIÓN
La Reparación es nuestra respuesta de amor a Cristo, mediante la comunión con Él en su misterio redentor, que se actualiza en la Eucaristía. (Constituciones nº2)
Nuestro carisma y misión es la Reparación al Corazón de Jesús. Es el regalo que nos ha concedido Dios, a través de la Iglesia, para ofrecerlo a otros. Vivimos la Reparación al Corazón de Jesús por nuestra participación en la celebración de la Eucaristía.
Saberse alcanzada por el Amor y sentir la necesidad ineludible de “retornarlo”.
Abrir un espacio para el perdón, crear puentes, restaurar relaciones, trabajar por la justicia y por la paz.
Buscar las brechas más profundas de nuestro mundo e introducirnos en ellas, sentirnos atraídas por el dolor de las heridas y desear curarlas, hacernos sensibles al grito de la tierra devastada y comprometernos en su cuidado.
Mirar con esperanza lo destruido sintiéndonos instrumentos de la tarea de reconstrucción.
Estar al lado del que sufre, dejarnos afectar por su dolor y acompañarlo hasta padecer nosotras también con él.
Reunir lo disperso, hacer confluir aquello que se separaba, unir lo que se disgrega y conducir todo al Corazón.
Eucaristía y Adoración
EUCARISTÍA
En la Eucaristía nos incorporamos a la entrega de Cristo queriendo ser con Él “Pan que se entrega y Vino que se ofrece para la salvación del mundo”. En ella celebramos la fraternidad y la construimos haciendo de nuestro altar una mesa para todos. En la Eucaristía nos dejamos reparar y aprendemos a ser “reparadoras”. Nuestras Comunidades nacen alrededor de la Eucaristía que nos lanza al mundo para hacerla vida.
ADORACIÓN
Para nosotras, adorar a Jesús, Eucaristía es reconocer a Dios presente en medio de nosotras, prolongar la acción de gracias comenzada en la Eucaristía y hacernos capaces de descubrir su “presencia adorante” en todas las situaciones, en todas las personas y en toda la Creación.
“Debo tener presente en todas mis acciones que estoy en este mundo como en un gran templo, y yo, como sacerdote de él, debo ofrecer continuo sacrificio y continua alabanza, y siempre todo a mayor gloria de Dios”. (Santa Rafaela María)
Educación
EDUCACIÓN
La otra expresión de la Reparación es la Educación Evangelizadora. Nuestro estilo educativo, la “Pedagogía del Corazón”, es nuestro modo de acompañar a las personas en su proceso de crecimiento humano y cristiano. Con esta forma de educar, buscamos ofrecer lo que cada uno necesita, combinar firmeza y ternura y mirar con predilección a los pequeños y débiles.
Jesús es quien repara y da vida. Por eso queremos ofrecer espacios para que cada persona pueda entrar en contacto con Él, y descubrir el sentido y la plenitud de la vida.
Espiritualidad ignaciana
ESPIRITUALIDAD IGNACIANA
La Espiritualidad Ignaciana nos ha dado un modo propio de vivir nuestro Carisma. Desde los inicios, nuestras fundadoras quisieron que sus líneas fundamentales marcaran nuestro ser y nuestro obrar, de tal manera que nuestras vidas llegarán a ser como deseaba S. Ignacio “instrumentos dóciles en las manos de Dios”. (C 814)