Arraigada y cimentada en el amor

Es entrañable para todos nosotros celebrar la fiesta de Santa Rafaela el mismo
día que se celebra la Eucaristía de Entronización del Papa León XIV, el 18 de mayo.
Allá por 1890, contemplando la misma Plaza de San Pedro que hoy estará
abarrotada de gente, Rafaela decía: «Cuando aquí se ven tantos ejemplos prácticos en
los santos que encierra esta Roma, se avergüenza una de ver lo poco que hace por Dios
y se deshace en deseos de hacer y de que todos hagan cuanto puedan, con su gracia,
para demostrar que, aunque flacas, de la misma naturaleza de los santos somos y aún
no se ha perdido la semilla».
León XIV, en la homilía de su primera misa como Papa con los Cardenales dijo:
«Jesús nos mostró un modelo de humanidad santa que todos podemos imitar». Y
Rafaela nos da pistas para vivir esa santidad: «Dejemos obrar a nuestro Dios, que Él
mejor que nosotras sabe lo que nos conviene. Yo estoy en que nos quiere mucho y
desea hacer de nosotras
, de cada una, una santa sin apariencias».
Este pensamiento me lleva a recordar unas palabras de Pablo VI que el P.
Arrupe recoge en el prólogo a Cimientos para un edificio: «Los santos representan
siempre una provocación al conformismo de nuestras costumbres, que con frecuencia
juzgamos prudentes sencillamente porque son cómodas. El radicalismo de su
testimonio viene a ser una sacudida para nuestra pereza y una invitación a descubrir
ciertos valores ya olvidados…».
Nos llueven pensamientos de la Santa en esta línea que nos empujan a vivir en
nuestro cotidiano el mensaje de Jesús que queremos anunciar. Y lo hacemos no desde
nuestras fuerzas, sino siguiendo su consejo: «Hay que estar muy colgadas de Él;
mirando a Jesús se adquieren fuerzas ¡y tantas! …».
Ojalá el hecho de rumiarlas y hacerlas un poquito más nuestras, con la gracia de
Dios, nos ayude a vivir más hondamente. Esto nos dice hoy Rafaela a cada uno de
nosotros: «Ánimo y adelante. La santidad no consiste sólo en amores, sino en obras»,
«…sea fiel en lo chiquito». «Hágase sólidamente santa en obras, y déjese de
singularidades…». «Conque a serle constantemente fiel, aunque sea en granillos de
arena…». «Seamos santas a todo trance». «Yo no puedo con la virtud afeminada, ni
con que me canonicen en mi presencia o por mis oídos y así me quede santa en el aire»

«…y deseando sean muy santas», ¡Feliz día! Que Rafaela camine con nosotros siempre.