Tu vida está llena de señales con flechas que te dicen qué es lo mejor para ti: qué consumir, qué vestir, cuál es la mejor opinión, qué te conviene comer, cuál es el regalo perfecto… Puedes dejarte llevar por todas esas flechas… O puedes entrar en tu interior y preguntarte hacia dónde quieres ir. Y, si Dios es importante en tu vida, puedes preguntarte hacia dónde quiere Él que vayas…
En el camino de “dejarse” que hemos empezado en estos días, hoy Dios te dice: déjate guiar. En el desierto no hay señales, hay que estar mucho más alerta al interior, al lenguaje de Dios en nuestro corazón, para saber distinguir tu voz, la suya y la de otros…
En el desierto, Dios quiere enseñarte a SER, no a tener (lo que sea que puedas tener), no al poder sino al SERVICIO, a la pequeñez, no al prestigio ni a la fama sino a la HUMILDAD.
Dejarte guiar requiere mucha confianza en Él. ¿Te atreves? Recuerda que Él ya te está esperando.
Déjate encontrar por Dios.